lunes, 17 de noviembre de 2008

Mis desapegos.

La verdad es que eso es una gran mentira.
De lo único que puedo despegarme es de las cosas materiales (y hasta ahí, porque todavía recuerdo a mi ampli de guitarra con distorsión que vendi hace unos meses porque entre tus remedios y el alquiler no tenía un mango).

Quizás, para no que no se vea cuanto me lastima tengo que hacer de cuenta que ya no me importa, que ya lo superé, que en realidad las cosas pasan y ya está.

Si me miraras un ratito más a los ojos estoy más que segura que no sería tan difícil descifrar cuanto me duele eso o cuanto quiero que te quedes o cuanto me asfixian ciertas cosas.

No son demasiadas las personas que se detienen a observar que es lo que está pasando alrededor mío. No me gusta la gente colgada, es más, muchas personas de esas hacen que se genere en mi un asqueroso sentimiento asesino.

Y es que no tengo desapegos... tengo inventos... y cuanto más invento, más me aferro.

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