domingo, 27 de julio de 2008

La "despropietización" nocturna.

No creo que exista la palabra.
Suena familiar pero no por eso debería existir.

Dormir en una cama ajena, un cuarto ajeno, un aire ajeno.
Quedarme a dormir en casa 'de' implica que al otro día DEBA dormir siesta y sentirme con resaca a pesar de la escases de alcohol.
De seguro que aprecio la gauchada de 'vení a casa así no viajas de noche' o cosas así. En verdad lo hago, y en el momento en que accedo, mi ser asegura la cálida idea de no viajar de madrugada hasta mi casa.
Horas después mi cuerpo despierta y sufre.

La consecuencia es un gran malestar, y el malestar me genera impaciencia.
Pienso: '¿Y cuándo vayamos de gira?'. Ja. Tendría que comprarme una cama de bolsillo (?).

Debe haber una explicación a mi necesidad (al volver a casa) de bañarme, cambiarme, tocar los objetos que poseo para sentirlos míos, acariciar a mis gatos para ver si no se olvidaron de mí, ordenar, limpiar, prender la Tv.

'Despropietización' de la propiedad física y temporal.

Ma per qué?


Tampoco es que me voy 10 días, che...

lunes, 21 de julio de 2008

Mi Paciencia

No sé bien de dónde sale la paciencia que a diario me ayuda a disculparte (y disculparme).
Es largo y tedioso el camino de vuelta al punto de partida.
Suelo ponerme bastante nerviosa y suelo pensar que mi paciencia es sólo la 'cara bonita' externa de mis alteraciones internas.

Pufff!

¿Da lo mismo?

No.
La paciencia real es un paso maduro. La paciencia fingida es una autopista buenosaires-laplata de vuelta a mi pubertad mental.

Pufff!

sábado, 19 de julio de 2008

Los tornados

Dentro de dos días cumplo un año de relación de no sé qué con los tornados.
Ellos (si, son 'ellos') se adueñaron de mi vida como si fueran una predicción de catástrofe posible a mis alrededores.
Un remolinito en la vereda levantando bolsitas en forma de cono, una nube espesa y negra con actitudes similares a la de un futuro tornado que haya visto en youtube o una simple ráfaga que hiciera girar el tendedero de la vecina eran suficientes motivos para que mi corazón empezara a acelerarse.
-Es imposible un tornado acá-
-No. En Argentina esas cosas no sueceden. Ni el clima ni el terreno acompañan a la formación de un tornado-
-Ay, Lu, ni ahí!-
-Empezá a tomar pastillas que te ayuden a dormir-

Y así fué.
Nadie me creyó.
Nadie entiende que NADIE debe decir NUNCA o es IMPOSIBLE.
Estuve meses medicada, ya que no solo no podía dormir, si no que tenía miedo en todo momento y lugar. Me ayudo muchísimo acompañado de una terapia.

Ahora, el problema está en que el día anterior a las trombas marinas que hubo en el Río de la Plata en marzo del 2008 tuve un sueño y en ese sueño estaban ellas.
Las soñé iguales. Eran ellas. Las trombas del Río eran las de mi sueño anterior.
Una sensacion de alegría nació en mí cuando las ví por la Tv. Pensaba por dentro 'Para todos ustedes, que no lo creían posible. Miren: las trombas marinas se están acercando a la costa y apenas suban a la superficie, son tornados terrenales.' Jaja. Tampoco buscaba la destrucción, por supuesto, pero no podía evitar mi sentimiento de orgullo.
Pasó un tiempo en el cuál no tuve más sueños recurrentes, ni ataques de pánico ni mucho menos. Hace poco volvieron a aparecer en mí.
En cada uno de los sueños tuve visiones de las mejores escapatorias de un tornado, como por ejemplo, descubrí que el mejor escondite en la ciudad es en los subtes, al costado de las vías, por debajo del suelo, claro, en ese huequito que se forma entre la vía y el piso.
Los Argentinos estamos mal informados, mal preparados y además de eso: somos los mejores en ignorar que nos puede pasar cualquier cosa.

Todavía no sé de dónde vienen mis tornados.

Los orígenes psicológicos de ellos (si los hay) probablemente los vaya descubriendo a medida que las escrituras en este blog me vayan surgiendo.

Asumo que la enegría que rodea a la tierra nos está complicando. Un aviso de la Madre Tierra puede ser un buen desenlace...

(Vos siempre me decís que los tornados son un reflejo de vos en mí, pero realmente, no lo sé).

viernes, 18 de julio de 2008

Exceso de tecnología (a veces no sé observar)

Un aparato. Un teléfono. Un teléfono celular. Mi teléfono celular.
Tiene curvas, tiene rectas, tiene colores.
Tiene juegos, canciones, y una bandeja de mensajes multimedia para eliminar.
Mi teléfono celular: una buena distracción para mi viaje de dos horas.
Él tiene una agenda de contactos para revisar y también me permite analizar cuáles sirven y cuáles no (de paso, paso el viaje).
Puedo cambiar una y otra vez su imágen de fondo y conectarme a internet desde dónde este.
Puedo ponerlo en inglés, en francés y hasta en portugués.
Puedo abrir y cerrar su tapas de plástico plateadas (fingen ser de metal) y creer que son alas.
Puedo abrir y cerrar sus tapas a gran velocidad... Puedo hacerlo volar.
Puedo abrir la ventana y hacerlo volar.
Puedo agarrar un libro de la repisa la próxima vez que via
je...(debería).