No sé bien de dónde sale la paciencia que a diario me ayuda a disculparte (y disculparme).
Es largo y tedioso el camino de vuelta al punto de partida.
Suelo ponerme bastante nerviosa y suelo pensar que mi paciencia es sólo la 'cara bonita' externa de mis alteraciones internas.
Pufff!
¿Da lo mismo?
No.
La paciencia real es un paso maduro. La paciencia fingida es una autopista buenosaires-laplata de vuelta a mi pubertad mental.
Pufff!
lunes, 21 de julio de 2008
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