No hacía falta más que un poco de vino tinto, un poco de tabaco envuelto y una flor para ser
precisamente perfecta.
Caminaba en silencio, le gustaba el silencio. Miraba el piso, le gustaban las baldozas
coloridas y los cambios de texturas del suelo. Entre tanto y tanto sentía su propia respiración y se asustaba. Se asustaba pero se preguntaba : '¿Qué más dá? Sólo necesito una flor, la voy a encontrar rápido y voy a llegar a destino con mi perfección'. Y así pasaron las horas y sólo...caminaba.
Ya no estaba sola: La gente empezó a aparecer, los autos empezaron a romper aquel silencio y
las luces se encendieron cual escenario ardiendo.
'Una flor, solo una flor!!!' Y tantas veces lo repitió por dentro que sin querer lo hizo público con un grito desesperado.
Alguien tapado con un cartón le respondio:
-¿Para qué querés una flor?
-Quiero una flor para llegar a destino perfecta. Tengo el vino, tengo el tabaco, me falta la
flor que prometí...
-Acá no hay flores. Hay ruido, gritos, muchedumbre de seres que se golpean y no se miran las
miradas. Acá hay muerte. Acá no hay nada. En la nada no crecen las flores.
Estupefacta, se acercó, lo miró y le explico cuán necesaria era esa flor, cuanto le
importaba obtenerla. Él, en su asegurada muerte por su asegurada poca vida, le afirmaba que era imposible encontrar una flor allí. A lo sumo, 'un poco de pasto sucio'.
Se rindió. Estaba ya a kilómetros de destino. Ya llegaba tarde. Se alejó cada vez más, y más y más más...
Su teléfono sonó. Alguien la estaba esperando, alguien se había cansado de esperarla.
-¿No llegaste por buscar una flor?
-Si,pero es que... ¿No era lo más importante?
-No, lo más importante era que llegaras vos. Tarde ahora.
Le cortaron el teléfono, le cerraron las puertas y, en su decepción pensó: 'Si la flor no
era lo más importante para vos, entonces siempre estuvimos hablando en otro idioma.Para mi sí lo era'.
Camino a casa, ahora ya con la cabeza erguida, una rama tropezó con su frente. Se frenó y observó, y una bella pequeña flor estaba naciendo en aquél torpe árbol. La tomo, casi prestada, y en su mezcla de emociones re-penso: 'Definitivamente esta flor no tenía que ser para vos'.
Tomó el colectivo, cerró los ojos y descansó (ya no había de que preocuparse: tenía su vino,
su tabaco y su flor).

1 comentario:
Perdon por andar "nadando" en tu blog, pero mi curiosidad, asi como virtud, es uno de mis mas grandes defectos...
esto es exelente!!! simplemente exelente...solo eso...
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