Intenciones de desmenuzar la idea. El acto lo repiten muchas veces, hasta que se hilvana de a poco la idea a la que se quería llegar: La manipulación.
¿Cómo hacer de algo tan sutil algo tan contado? ¿Cómo dejar de contarlo y sentirlo en la piel?
No se como lo habrán sentido ellos, pero a mí me hizo una caricia en todo el cuerpo.
Exactamente en el punto en el que la sutileza cruel atenta con intenciones de conveniencia propia sobre el error del otro, comienza la manipulación.
Y mientras ella manipulaba en el mundo paralelo del salón te ví reflejada en el personaje más horrible del acto. Wow! Se sintió tan familiar!
No cambia la buena manera de decirlo, no hay violencia física en al intención, no hay expresiones faciales duras ni palabras vulgares al jugar. No hay respeto por la privacidad personal, no hay diferencia de espacios entre donde termina la libertad del otro y la de ella. No es un acto consciente, ya que no hay mejor manera para manipular que realmente creer, y tener la certeza de que creer es SABER. Saber que tu debilidad hace que te transformes en SU debilidad es la riqueza de su manipulación.
Ella le decía que fea era su actitud de dejar a su hijo solo durante dos meses por ir de gira con la obra, mientras esperaban para la audición del personaje principal. Y le explicaba que no era nada personal, simplemente una opinión, cuando en verdad lo que más le interesaba era llegar al dolor, para lograr así que se debilite y le deje espacio para ganar. 'Mala madre', 'egoísta', 'Impulsiva', entre tantos otros adjetivos que se podían adjudicarle al otro personaje, ya débil.
Y como en la vida misma, el jugador entra en acción ,y, sutilmente, intenta derribar al oponente tras una imagen de seguridad barata, superación infantil y hasta una intención bastante mediocre (sacar de camino a través de la manipulación psicológica al par es casi como admitir que no es capaz de obtener SU lugar por cuenta propia, solo con desplazamiento).
Y así te veo a vos, y así me ví a mí. Y que bueno que me pude ver ahí, débil, sin entender como fué que permití que tus palabras escondidas con pantallas de amoríos, hicieron que yo mísma tuviera hasta miedo de mí.
Ahora... ¿Quién es más cobarde? Quién se anima a descubrir que tan verdaderos son los adjetivos (y hasta lo más dañinos) que se le 'otorgan' o quién realiza el juego oculto tras la máscara de la mentira?
Votemos ;)
