sábado, 4 de julio de 2009

El karma.

Tengo que empezar a entender un poco lo que soy, de qué se trata mi vida y todo esto que está un poco más allá hasta de la vida misma.
Dentro de ese análisis puedo descubrir una serie de datos, recursos, secuencias y acciones muy puras y que de tan puras se vuelven intocables.
He descubierto en pocos días pero en muchas horas y demasiados segundos que adentro mío hay una catarata de canciones, de colores azulados y texturas saltarinas.
Amo ver y no encimar, amo descubrir y no pasar por alto, amo crear y no reproducir, amo dar sin esperar.
Me gusta reconocer las cualidades en los demás y resaltarlas para que vean cuanto emanan.
Me gusta que la gente vea cosas lindas en mí. Es en verdad algo que agradezco a cada uno de los que me lo dicen reiteradas veces sin cansarse, aún cuando en verdad a mi solo me genera verguenza. Y a veces también suelo preguntar por qué no solo me quieren si no que se enamoran. Los me conocen pueden afirmar que poco de egocentrismo hay en todo esto, si no más bien una especie de situación a la que yo puedo denominar como el Karma.
Si bien no es el hecho del enamoramiento en sí, es más bien lo que sucede luego de que esto sucede.
Las cosas pasan, algo los atrapa, luego brillan, luego se asustan y luego... se van.
Tengo el discurso incorporado, el cual habla de miedo, de las cosas lindas que tengo, que cuantas son y que asusta, que no saben como manejarse y que, tras las palabras (que en verdad en la mayoría de los casos, sobran) debo tomar una decisión que termine por alejarme.
Y así es como voy dejando gente en el camino. Gente que sí valía la pena, gente que pudo darme mucho en muy poco tiempo, gente que recibió de mí cosas que cada uno sabrá cuales son porque son todas diferentes.
Y no me hace sentir mal. No me deprime. Quizás me apena, porque probablemente sería más facil si nadie se asustara de mi (o de ellos mismos antes mi, segun dicen).

'Todas las hojas son del viento'...

Nadie me corresponde ni yo le correspondo a alguien. La libertad es por excelencia, al igual que el amor que la incluye, una de las sensaciones más bellas que hay en el mundo. Y definitivamente hay algo que tengo que aprender de toda esta cadena de 'Holas y chaus' que me sucede.
Quizás sea mía la cuestión por la cual pasa, pero todavía no llego a ver por qué asusto.
Y como todavía no llego a verlo pienso que debería seguir aprendiendo.
Creo yo que el día en el que aprenda de mí y las personas decidan quedarse con lo lindo que tengo y no escapar, el Karma pueda empezar a tener alguna descontractura.

Y es que no es que me moleste, eh? Que no se mal interprete. Definitivamente lo tomo como de quien viene: de la vida. Y si viene de la vida, ¿Por qué debería molestarme?
A esta altura solo puedo comprender cada una de las cosas que pasan y pasaron sin una queja, porque de todo aprendí muchísimo.
Y si lees esto, no lo tomes personal. Como te dije, no es que seas vos igual a todos los que lo dicen, ya que algo un poco más fuerte nos unió en estos días. Es solo una cuestión de mi individualidad que tengo que tratar conmigo.

Gracias a un ángel musical yo tengo una nueva luz, que no podía ser de otra manera, viniendo de un alma que a pesar de no haber conocido pude sentir como si la estuviera abrazando, y que la veo reflejada en esa Flor de Loto de plástico cada vez que la miro.
Ella me dió un poquito de su luz, me dio entendimiento y paz interior.
¿Cómo volver a enroscarme en oscuridad de nuevo?

Por lo pronto me siento entera, capaz y por sobre todo mucho más alta según mi papá (que dice que es porque camino bien erguida y con la frente en alto).

Acepto el Karma. Lo comprendo. Ahora, me queda vivirlo en esta vida y desatarlo de a poco...
Quién sabe, no? Quizás no sea en esta, pero alguien pueda no tenerme miedo.

=)

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