Felices por siempre. Un par de citas. Unas miradas. No te conozco.
Y así funciono hoy, y asi es como funciona.
Pareciera ser que del modo inverso es como se puso en automatico mi cerebro.
Paseo por el tigre, una mirada general: las lámparas que le ibamos a comprar a nuestra casa, las mesas de madera con cositas lindas, algunos adornos. Las manzanas acarameladas en el borde del puerto de frutos y la vista de la montaña rusa a la que yo te avisaba que nunca iba a subirme. Las tardes que se hacían MUY tarde y había que volver rápido porque se hacía de noche y era un viajecito eh.. jeje.
Y retrocedi un poco, hice un conteo inverso: de 100 a 1. LLoré. Si, para variar llore de nuevo, y no voy a negar que entre esos llantos se me escaparon unas cuantas sonrisas, algunas ideas de como hubiera sido si, o de como estaria todo ahora si...
Y todo estaría para el orto porque el amor es de a dos y no es para sufrir.
Por eso, mi conteo de 100 a 1 valio la pena. Porque no llego a cero, porque el cero me lo guardo para mí, porque desde ahí quiero arrancar.
Y quiero que sepas, aunque no leas esto nunca, que ese cero va a ser para alguien que sea capaz de hacerme sentir cuan dulce, inteligente y valorable soy. Ese cero me lo guardo para mi y para mis esperanzas de una pronta recuperación y un nuevo comienzo de vida.
Ese cero, para mí, vale mucho.
Y este sábado a la noche, en el cual solo veo peliculas con mis papás vale más que cualquier rock and roll que puedas haberme ofrecido alguna vez.
Y no es rencor. Es amor. Amor propio.Porque si no funcionó dando amor, entonces voy a dejar que me den amor. Y ahí empezare a contar... 0,1,2,3... y quién sabe, no?
Amaría volver a amar.
sábado, 9 de mayo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario