Una recurrencia visual en la infancia quizás.
Aseguro no haber sido golpeada, asi como tampoco lo fue nadie de mi familia. Algo que no puedo evitar recordar es como han sido golpeados los elementos de mi casa.
Las puertas, los floreros, las paredes fueron símbolos de las ganas de golpear a alguien que, por suerte, murieron en objetos.
Ahora yo soy un enfermo reflejo de ello, y no es nuevo.
Pero es que no debería.
NO debería pero a veces esta situación me supera. Tanto me subestima, tanto me maltrata, tanto me asfixia, tanto me hace falta, que no puedo contenter lo que nace de los hombros y llega hasta mis brazos... y Pum!!! El biombo se rompió (pero no solo).
Que verguenza.
A veces pienso que debo de estar mutando en algo que realmente no me gustaría mutar.
Esto se rompe si sigue así, y no precisamente porque yo lo quiera.
La impotencia de.
Si, debe de ser eso...
domingo, 10 de agosto de 2008
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