Respiro-respiras y comienza la riña ocular.
Como algo común recibo un gran gesto de ansias de tu parte, de ganas de amor, de inventos de nuevos segundos en el tiempo, de una película de porristas que nos hace reir mucho, de unos caramelos blandos que se te deshacen en la boca como algodón, de unos besos tiernos y salvajes como las navidades en la casa de mis primos.
Un gran rayo sale de tus ojos y me hace sensible a unas voces cantando en armonía, a un aroma precisamente precioso a comida que juntas cocinamos, a unas risas cómplices y silenciosas, a unas palabras mudas y a unos oídos sordos justo a tiempo, a los roces mas hermosos del mundo.
Yo sonrio, estoy casi segura de que no vas a tardar mas de 10 segundos en cruzar la delgada línea anterior.
Pienso en si tendre el perfume adecuado, si habré ordenado bien mi cuarto, si las ventanas estarán cerradas asi no hay ni una araña que te asuste. Pienso en vos y en un beso con los ojos cerrados...
Ansiosa aprieto los dientes y sigo mirándote. Y me miras. Y no hablas. Y me miras y te moris de ganas de entrar... pero das media vuelta y te vas.
Cierro la puerta.
Mejor me voy a acostar, ya que de todos modos, mi imaginacion no te va a hacer entrar.

No hay comentarios:
Publicar un comentario