miércoles, 2 de septiembre de 2009

El orgasmo emocional.

Todos los días desde hace muchos días intento transmitirle a ella cuan importante es que viva cada día como si fuera el último (y hace varios días que me doy cuenta de que no me da ni pelota). No se puede ayudar a alguien que no quiere ser ayudado y que, por sobre todas las cosas, no puede ayudarse a si mismo porque no tiene idea de que algo le sucede más que el simple, patético y repetitivo instante repetido todos los días de queja o frustración.
Ella me decía a mi (otra ella) que todas las personas tenían su momento de click, de cambio, y que por más de que yo decia amarla hasta el fin y que quería que ella tuviera ese momento de click cuando yo necesitaba que fuera porque sabía que me iba a terminar perdiendo, debo afirmar que tenía razón. La gente no cambia cuando queremos que cambie. La gente cambia cuando se levanta consciente de que se puede morir y de que al mundo no le daría lo mismo si no respirara. Y bah, que digo cambio, es claramente un simple click. A partir de ahí todo importa distinto. No se vé igual y es la mejor parte.
Estoy más que segura que ese click que tanto me agrada es el que más problemas me trae a la hora de las relaciones, ya que casi nadie llega a parecerme interesante al hablar. Y no digo que hablemos de pintura. Digo que es esencial que alguien sea consciente de su magia, de sus encantos y que los utilice. Así como sé como moverme para que me mires disimuladamente, así como sé que decir para atraer o para atrapar tu atención, quiero que lo hagas conmigo. Me divierte, me gusta.
Gente con click.
Ahora, lo ideal también es entender que nadie clickea cuando otro alguien quiere que clickee. Y si no clickea cuando lo necesitamos es entonces porque su click no nos sirve al nuestro.
Y ella sigue sufriendo todos los días un poco, y ojalá pudiera clickear rápido, antes de que sus casi 60 años le terminen por quemar el alma, con dolores innnecesarios. Se acerca a mi hace media hora cada cinco minutos a contarme un poco de lo que pasa en la tele, y se que es para charlarme, pero a mi me pone un poco triste.
Quisiera traspasarle un poco de mis ganas de.
Y porque los orgasmos físicos nos hacen bien, porque los clicks nos hacen bien, las reacciones, los orgasmos emocionales...
El deseo por alguien y el deseo por las ganas de vivir son, sin duda, núcleos del motor que me mueve.

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